domingo, 30 de agosto de 2015

Chef (2014) / Dir. Jon Favreau

Por A Lady

Ser purista con la comida es una de las peores cosas que alguien que quiera expandir su horizonte puede hacer. Las mezclas responsables y creativas de estilos y tradiciones en la cocina llevan casi siempre a descubrimientos gratos, pero el crossover que el chef de Chef lleva a cabo no tiene la menor coherencia con la historia: alguien que renuncia a su carrera cimentada por respetar sus principios culinarios experimentales termina por encontrar la eterna felicidad en la comida menos experimental. Esto, en principio, no suena tan incoherente para el desarrollo de una historia; pero si se le agrega la completa falta de un detallado proceso de transición entre los cambios de postura de este cocinero y el happy ending por demás inverosímil que termina siendo algo totalmente predecible y, lo peor, de mal gusto.
Carl Casper, interpretado por el mismo director del filme, es un personaje que nunca acaba de madurar y, si bien presenta momentos de iluminación durante la película (como cuando enfrenta al crítico de restaurantes), su desarrollo se estanca y contradice toda la ambición presentada en la primera mitad de la película. Aun con todo y ambiciones altas, su comida nunca acabó por antojárseme y tampoco me quedó nunca claro cuáles eran en verdad sus influencias culinarias: la comida cubana queda como la presencia clave, pero luego sale la carne asada y los buñuelos de New Orleans y resulta que el hombre sabe hacer eso y domina la cocina francesa y además es cocinero experimental, todo esto sin que el guión indique la fuente (más allá de que haya estado casado con una cubana) de todo lo que Casper sabe hacer o qué camino tuvo que recorrer para llegar a estas habilidades. No sé si tuvieron a algún director de arte o un advisor gastronómico, pero el apecto de todos los platillos que preparaba este hombre me pareció como el de la dieta de cualquier gringo que pese más de 250 kg. Especialmente ese sandwich de queso panela y amarillo bañado en aceite y puesto a la plancha hasta que el queso se hiciera una especia de masa Play-Do.
Uno esperaría que teniendo en el elenco a Dustin Hoffman (la mejor actuación de la película) y a John Leguizamo las actuaciones tomarían otro rumbo más excitante, pero el plano dramático es el standard de las summer movies de siempre. A pesar de toda esta tristeza, hay algunos puntos rescatables de todo este caos: las redes sociales como herramientas potencializadoras del consumo, ya que en ningún momento se muestra una escena en la que los clientes que llegan al food-truck de Casper gocen el deleite de comerse una verdadera torta cubana (una delicia, por cierto, pero sin ese baño asqueroso de mantequilla que le dan con una brocha); las ventas prósperas son el resultado de una de las mejores estrategias del marketing actual: hacer creer al cliente que están comprando no sólo un producto, sino las experiencias, los momentos de vida detrás del cocinar. Alguno que otro chiste funciona bien (como el de llamar a migración o el que le recuerden a Carl que está bien pinche gordo), pero el humor eufórico no es el fuerte de Chef. Incluso la parte de John Leguizamo como el amigo cubano de Casper resulta bastante irrelevante fuera del toque payasesco del patiño fiel del gran chef que pretende ser Carl Casper. En general, esta película cumple su objetivo, el cual es entretener (tal vez divertir) a una audencia que no busca más que recibir una narración sin pretensiones que los relaje un rato; sin embargo, esto no es suficiente para compararse siquiera de lejos con alguna de las películas anteriores de este ciclo.

Otras impresiones:
1. Sofía Vergara me cae bien. No sé por qué. Tiene todo para caerme mal y, sin embargo, me cae bien. Yo creo que es su acento.
2. Sigo acordándome de tanto aceite que corre durante las 2 hrs que dura este film.
3. Sólo algo se me antojó y no fue algo que haya guisado Casper: esa barbacoa texana de un exquisito color café rojizo. Babeo.
4. De repente están de moda en el D.F. las food-trucks y eso hace que me guste menos esta película. 

2 / 5

  
Por Keith Nash

Una película cuyo principal argumento es la búsqueda de nuevos horizontes, de vida y culinarios, que torpemente está llena de clichés, lugares comunes y estereotipos. Con actuaciones (todas) muy por debajo de lo aceptable, diálogos sosos, un ritmo lento, y un par de chistes mal contados, Chef de Jon Favreau queda para siempre en las “domingueras” (pero un domingo chafa y aburridón).
Después de hacer Lost in Translation (2003), Girl with a Pearl Earring (2003) y Match Point (2005), ¿que moverá a Scarlett Johansson a hacer el papel de “mesera 3” en esta mediocre película? Y además muy mal hecho. Entiendo que es ya una constante reciente en su carrera, ahí los horripilantes roles que ha representado en las franquicias de superhéroes. Lo mismo para Dustin Hoffman y ni que decir de Sofia Vergara que de su papel de divorciada porno/sensual con acento exótico (según el oído gringo) nunca ha pasado ni pasará,  por cierto es el mismo papel que hace en la teleserie Modern Family sin la mínima traza o cambio, hasta es exactamente el mismo look. Infame; y ya por último y porque no creo que merezca otro lugar si no el último, el director/protagonista de este sándwich (changúis lo definiría mejor), el sin chiste e insufrible Jon Favreau, que a lado del hijo más feo que se pudo encontrar, nos hace bostezar una y otra vez en una película cuya estructura y premisas daban para mucho más, una road movie bien lograda, por ejemplo, o alguna otra cosa, pero nada: una compilación de clichés y muy malas actuaciones.
Como todo en la vida, nada es total (observar la paradoja creada en la anterior frase) y la película sí tiene un aspecto que me gustaría resaltar, y es este mapa culinario que la nación norteña ofrece más allá de las estereotipadas hamburguesas y que lo hace en dos de las ciudades del sur que mayor aceptación a otras culturas tiene y que ha ido permeando muchos entornos y entre ellos el gastronómico, y además ciudades que en el intolerante y cuadrado sur de Estados Unidos resultan un oasis que bien merece ser conocido; ya se me antojaba Austin, hace tiempo y si está película tan ñoña logró hacerlo parecer interesante, es porque en verdad debe serlo y ni qué decir de la flor de liz del Mississippi: New Orleans (aunque Miami ni en ácido se me antoja).

Impresiones irrelevantes:
1. Qué buena está Sofía Vergara.
2. Muy muy buena Sofía Vergara.
3. El premio para el niño más tieso.
4. La película puede ser tomada como un tratado para aprender el uso de las redes sociales.
5. Hecho: nadie, pero así absolutamente nadie, le agarra el pedo a Twitter a la primera. ¡NADIE!

1 muy triste / 5

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