Por A Lady
Wes Craven sabía cómo actúan los adolescentes. Era consciente de que, en la idea que el individuo promedio tiene de la sociedad occidental de clase media, la muerte de un adolescente posee un carácter dual: es trágica porque significa el final de una vida "llena de promesas e ilusiones" y es grata porque los mismos pertenecen a una generación para la que la apatía y la opacidad es regla general. Además de que don Craven supo siempre aprovechar y conjuntar (no siempre con el mismo grado de efectividad) el potencial sexual y, consecuentemente, del público que este tipo de personajes implica.
Según mis recuerdos y mis fuentes de información, a principios de los 90's las películas de terror con adolescentes como protagonistas casi se habían extinto y la oferta del cine comercial de este género estaba dominada por el horror sci-fi (Hellraiser), el de los juguetes poseídos (Child's Play con sus secuelas) y el de criaturas monstruosas (Tremors y Leprechaun), casi siempre de una calidad apenas mediocre. Los adolescentes, por increíble que ahora parezca, habían perdido atractivo como victímas predilectas y todo indica que ese cine de terror, tan malo al inicio de la década antepasada, era la respuesta a las demandas de una generación de gringos que justo estaban sufriendo las secuelas de la época Reagan, de la violencia patrocinada por la Guerra del Golfo Pérsico, del monumental incremento de la drogadicción y la interrogante y el horror que aún era el VIH. Scream es históricamente importante por haber terminado con un periodo de esterilidad alarmante en uno de los géneros clásicos del cine hollywoodense, por traer de vuelta a los adolescentes clueless como víctimas perfectas y por manifestar más claro que ninguna otra película para un público juvenil que la invasión mediática a la que la juventud era sometida era totalmente capaz de estimular la psicosis de los hijos de una generación enferma.
Uno de los mejores aspectos del filme son las autorreferencias en el guión de Kevin Williamson. Todas las alusiones a lo formulaico de las películas de horror adolescente y a cuán inverosímil las tramas de las mismas pueden llegar a ser, son acumuladas con vistas a provocar un efecto de choque en la parte final de la película: a pesar de lo absurdo e improbable de las situaciones, el horror de, por ejemplo, vivenciar los estragos del asesinato y violación de tu madre y de verse enfrentado al hecho de que los seres con quien convives diariamente sean psicópatas de película, siempre es más posible de lo que parece. Y sobre todo, nunca deben subestimarse los efectos que los medios de comunicación masiva pueden detonar en una mente dañada, a pesar de que algunas de las actuaciones se vuelvan por momentos un cliché que ya nada tiene que ver con las intenciones autorreferenciales. En Scream, la información, veraz o no, es usada siempre al provecho de su usuario: Gale Weathers, quien al final del filme adquiere un carácter salvador para Sidney, no presenta nunca signo de arrepentimiento alguno por lucrar con el asesinato y la violación de un ser humano; a su vez, Sidney, en el trastorno inmediato a la muerte de su madre y resguardando una imagen cómoda de ésta, distorsiona la información que declara en el juicio y manda a un hombre inocente a la pena de muerte (nunca se le ve intención alguna de corregir su error para salvarle la vida al chavo). Los morros perseguidos por el asesino de la máscara blanca viven inmersos en un mundo de información que nunca ofrece versiones que abarquen todas las dimensiones de los acontecimientos. Craven ya veía venir la peligrosa saturación informativa a la que la juventud empezaba a verse sometida y la cual les impedía, de manera aún muy incipiente, ver claramente los hechos tangibles de su realidad. Que miedo ser chavo en estos tiempos.
Otras impresiones:
1. ¿Qué fue de Neve Campbell?
Otras impresiones:
1. ¿Qué fue de Neve Campbell?
2. Yo no sé ustedes, pero David Arquette en ese traje de poli gringo se me antoja para darle unos arrimones y otras cosas menos descriptibles.
3. La escena cuando descubren quién es el asesino es una de las mejores de todo el terror gringo.
4. El conserje de la high school vestido de Freddy Kruger y Linda Blair de reportera de noticias.
5. Aún no me acostumbro a hablar de Wes Craven en pasado.
4½ / 5
Por Keith Nash
¡Aaaaah! En medio de un idílico, apacible y pequeño pueblo, de la siempre soleada California, a un grupo de jóvenes les sigue de cerca el resplandor afilado y metálico de la muerte; un asesino misterioso y desconocido ha decidido acabar con la tranquilidad de este pequeño pueblo que se ve, en un fin de semana, bañado en sangre y misterio. La anterior descripción podría bien ajustarse a un número considerable de películas de terror, sin importar la época, y se ajusta también a este particular y sumamente popular filme del director norteamericano Wes Craven, el cual aboga en su composición a los clichés, de los cuales está lleno el cine de terror, y hace uso de ellos como una herramienta para mantener cautivo y mentalmente activo a su espectador. Desde el inicio, la película deja en claro que los clichés de las películas de terror se observarán y que estos serán, como un mantra malévolo, repetidos; y aun así logra levantarnos de nuestro lugar con gran sobresalto en momentos precisos y adecuados. Una película que se sirve de los clichés podría parecer odiosa y, sin embargo, Scream tiene la fuerza y el tino suficiente para además crear una nueva “generación” de clichés, las vueltas de tuerca, el asesino no solitario, la presentación de un posible background del cual se puede después hacer no sólo secuelas sino también las casi siempre mal logradas precuelas. No está de más hacer notar que Scream es una de las películas con mayor número de parodias y esto me parece un mensaje claro acerca del impacto que esta película causó en 1996, ya que como es obvio, sólo se limita a lo que es relevante y sólo se parodia lo que es por todos conocido. En aquella década no hubo, creo, alguien que no estuviera familiarizado con la iconografía que este filme desarrolló, ghostface por todos lados, hasta que la imagen, de tantas veces repetida, perdió su impacto y se convirtió en un cliché de las decoraciones ñoñas para Halloween de secundaria.
Ya de la película como tal, me deja una sensasion extraña que la mayoría de estos actores en realidad encontraron (algunos ya la tenían) su “consagración” en la televisión, es curioso que los dos principales personajes Sindney Prescott (Neve Campbell) y Gale Weathers (Courtney Cox) ya tenían sus personajes de televisión muy desarrollados y con un alto reconocimiento del público, y aun así, sobre todo Neve Cambell, logran despojarse de sus anteriores personajes y convertirse en las estrellas de esta película de terror. También es curioso que aunque la participación de Drew Barrymore es muy corta, pero significativa, escapa a la idea general que se tiene del filme. Los personajes masculinos, son como una baraja de idiotas, no hay uno solo que sea medianamente inteligente o al menos avispado, incluso me parece que en su conjunto estos personajes fueron la incubadora de otro fenómeno televisivo de la época, aunque en diferente década: Jackass; no podía dejar de verlos y pensar en qué momento aparece el enanito corriendo desnudo. Y también es muy agradable, es parte de su encanto ese splash de humor que tiene.
Por último, sí creo que a la película le sobran 30 minutos. Hay un momento muy claro donde la tensión se cae aterradoramente y es tal vez también el efecto que causan esos sobrecogedores e impactantes, deliciosos, primeros 15 minutos de la película. Esos sí son épicos.
Impresiones irrelevantes:
1. Qué fea ropa usaba la gente en los 90´s.
Impresiones irrelevantes:
1. Qué fea ropa usaba la gente en los 90´s.
2. No se me antoja mucho ver las secuelas, la verdad es que esta me dejo una impresión positiva y no me dan ganas de cambiarla, no ahora.
3. Los guiños. Nightmare on Elm Street... everywhere.
4. Courtney Cox nomás no. Me choca, en mi mente nunca dejó de ser la amiga gorda de Rachel.
3½ / 5
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